Por Manuel Fernández
Foto: Almendra Gargiulo
Para algunas culturas y filosofías orientales, al hombre no se lo concibe desde el ser. Por el contrario, su finitud esta marcada por el verbo estar. También suelen concebir que entre los hombres no hay tiempo sino luz. Solo energía.
Esta es una idea interesante. Plantea una metafísica distante a la occidental. Me gusta esa distancia y el problema que nos presenta: nos invita a pensar que lo material puede ser y estar; pero lo inmaterial, la idea, debe simplemente estar. Así, la presencia del hombre va mas alla de su mundanead.
Otra idea atractiva es la metafora de la sombra, muchas veces utilizada como en la literatura nacional. También se vuelve útil para la reflexión: la sombra oscurece tiñendo de incertidumbre el presente terrenal del hombre. Pero si nos volvemos a la idea de que el hombre esta marcado por su paso terrenal, o sea que no solamente es sino que también esta, la idea de la sombra toma otro matiz.
De esta manera, la sombra no pertenece a quien fue sino a quien estuvo. La sombra no varia ante la naturaleza del ser, sino entre quien esta y no esta. Nuevamente el problema de la materialidad. Pero en nuestra literatura, la sombra pertenece a quien fue pero que aun esta: la sombra de Facundo es evocada por Sarmiento para que revele el secreto.
La cita de Sarmiento no pierde su valor temporal: ¡No, no ha muerto! ¡Vive aun! ¡El volverá! La metáfora parece actual. Hay una referencia a la muerte del líder y una evocación para que se levante y ayude a entender las “internas pasiones” de nuestro pueblo. Su sombra nos interpela y nos invita al compromiso. Pero las sombras solo recorren la tierra solo para estar y no para ser.
En este caso, su sombra persistirá por mucho tiempo. Será evocada mil veces. Será anunciado cuando se materialice el sueño.
Un Príncipe Inesperado.
Sombra y verbo: y aun así, él no ha sido nombrado. Su presencia no lo es todo. Se ha convertido en Mesías que volverá para concluir su labor. Para redimir a su pueblo. Pero, para los escépticos como yo, el mesianismo no nos convence. Sabemos que no es posible a ciencia cierta la vuelta de quien se ha ido.
Aun así, creo que él lo tenía en claro. Por eso nos dejo una tarea: hacernos cargo de aquel sueño que él compartió con nosotros. Es una invitación a hacerse cargo, de materializar la idea. Aquí nuevamente surge el problema inicial: no importa quien sos mientras estés!
Este Príncipe surgió inesperadamente. Su partida también lo fue. Pero tengo la sensación que no cometió con el acto final de todo líder: el problema de quien tomara el puesto de pastor. Al contrario, el supo delegar su sueño y su proyecto para que lo continúe el joven intespestuoso y políticamente incorrecto. Así, con el comienzo de la primavera él nos dejo su mejor estación.
Un extraño en la noche.
Ya lo nombre. Ya su figura y sombra es fácilmente reconocible. Ahora la textura de la idea toma otra forma. Aquella figura extraña se vuelve amigable y trae consigo el aroma de mil flores. Pero ni las lagrimas del desconocido o la risa macabra del animador pudieron estropear su teatro: la perdida se transformo en un encontrarse con el otro. Su perdida permitió conocer a un otro que no era tan distinto, que tras la lenta marcha emergió la conciencia de nuestro papel y no quisimos desligarnos de ello. La invitación estaba hecha. Quedaba esperar que respuesta se le fuera a dar.
Ser o estar: solo hay que decidirse …
[...] This post was mentioned on Twitter by Ernesto Gallegos, Militancia Kreativa. Militancia Kreativa said: Vivencias. http://fb.me/SeTbnXA1 [...]
ResponderEliminarSiempre me llamo la atención que to be or not to be se traduzca indefectiblemente en ser o no ser, cuando podría tranquilamente configurarse en ser o no estar.
ResponderEliminarNestor vivio a pleno y por tanto retorna, confiado, eternamente. Creo que en un punto su mayor legado es ese, más alla de lo politico, se puede y debe intentar trascender. La muerte lo encontro vivo, que no es poco.
hermosa reflexion ...
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